lunes, 8 de abril de 2024

AL PADRE SOL Martín Pomala (Jesús Antonio Cruz)

 

Martín Pomala

AL PADRE SOL

 

Martín Pomala  (Jesús Antonio Cruz) 

 

Maravillosa lámpara que allá el Eterno Padre,

puso para alumbrarnos el valle de tristeza!

Aunque a las duras puertas del asilo me ladre

el dolor –dogo hambriento- loaré tu belleza.

 

Eres un cuerpo enorme. Padre Sol! Tu grandeza

es mil y tántas veces mayor que tu comadre, la Tierra,

hembra que gira bajo de tu tibieza

igual que los polluelos debajo de su madre.

 

Padre Sol, ilumínanos! Padre Sol, ten piedad

de estos locos hermanos que a fuerza de dolor

se están volviendo cuerdos. Venga esa claridad

augusta, soberana, radiante, superior,

con que ardes en mi pueblo, en mi villorrio, allá

donde forjé unos versos a mi primer amor.

 

 

 

II

 

Padre Sol Papazaso! Verdad que tú me amas

mucho, lo suficiente, como a nadie, a ninguno?

Pues mándame tu luz, esa luz que derramas

sobre la altiva torre del solar atacuno.

 

Tú no caminas, Padre, vives en el espacio

girando sobre tu eje, dando tu claridad

a nosotros tus hijos; -luz, diamante o topacio-

la tierra, Venus, Marte, toda la inmensidad.

 

Que te hallas fijo he dicho? Sucede por lo cual

 

Que la Sagrada Biblia, en su chapitre tal

afirma una mentira cuando asegura que

aquel día en que cierto chafarote, judaico,

a Jericó, le puso un sitio –hoy arcáico–

tú intrigado en la lucha, te paraste por ver…

 

III

 

Cuando tú estás parado, hace ya cuatrillones

de siglos, desde el día en que el Señor te creó

para ventura nuestra para matar chimones

como estas rubicundas que alimento yo.

 

Pére Soleil! Es por esto sin duda, por lo que

río soberanamente al recordar aquello

que me habla de otras cosas, de ese distante bello

que ya no volverá, que por siempre se fue.

 

Oh! edad de la dulzaina, capador o violina,

cuán distante y cuán cerca estás de la perlina

hora de los ensueños del niño chiquitín.

 

Cuando mamá Cheditas me vestía de bata

y ella usaba un corpiño fastuoso y escarlata,

lustrosa falda negra y un enorme quitrín.

 

 

 

 

martes, 26 de marzo de 2024

Autorretrato / Manuela Viktoria Ángel

 

 



   Autorretrato / 

Manuela Viktoria Ángel

Desnuda

fumándome

el último pielroja

que me quedaba

en la cartera,

habito mi desnudez,

me siento,

siento mi piel,

el calor del humo

y la ausencia

de objetos

en esta habitación vacía,

habitación

que fue de mi padre,

habitación

donde ya nada existe,

me siento y pienso

en lo mucho

que me parezco a él,

su soledad,

su rara forma de amar,

su manera

de hacer parecer

que no siente nada,

cuando en realidad

algo siempre le está

quemando por dentro,

al igual que se quema

el papel del cigarrillo

que siempre

tiene en la boca,

mi padre,

la persona

que en algún momento odié,

y ahora solo amor,

solo amor y nostalgia,

la melancolía

me habita

cada vez que pienso

en lo mucho

que me parezco a él,

nunca pensé

que iba a terminar

con este cigarro

en la boca,

lloraba cuando

era una niña

y él siempre,

borracho,

con su cigarrillo

a la mano

me quemaba

los vestidos,

yo lloraba

y no entendía

por qué lo hacía,

si eso me lastimaba

y lo lastimaba a él también,

deterioraba su piel,

sus pulmones,

no entendía

por qué lo hacía,

no veía que nada bueno

trajera a su vida,

pero fue

cuando crecí,

que entendí

que ese humo

era lo único

c a s i   s i e m p r e

que podía llenar

los vacíos

que teníamos

en el corazón,

nada más,

ni un gran abrazo,

ni las personas

a las que uno ama,

ni el beso

de un joven ardiente,

ni compartir

la cama

con alguien al que uno desea,

ni la sinfonía

más hermosa,

nada,

solo el humo

para estos vacíos.

 

Entre más crezco,

más me parezco a él

y me da miedo

terminar igual de sola

simplemente

con los recuerdos

de lo que

en algún momento

parecía felicidad,

el llanto y la risa

siempre

me han acompañado,

las dos

en la misma medida,

aunque a veces

el llanto

pesa mucho más

que la risa,

porque la risa

es tan fugaz..

en cambio

el llanto

ARDE

desde las tripas

hasta lo más profundo

del alma,

y cuando uno vive

en ese estado de

melancolía profunda

parece que nunca

fuéramos a salir de ahí

¿Por qué?

por qué habito tanto

este sitio,

Siento que mi corazón

se parece tanto

a esta habitación,

estas paredes

alguna vez

fueron negras,

mi padre era

como un vampiro,

no soportaba la luz

ni a las personas,

por eso pintó

sus paredes de negro,

tampoco soportaba

mi risa de niña

ni mi falta de afecto,

no soportaba

que yo le pidiera un abrazo

o que me acompañara

a la escuela,

simplemente no quería,

prefería quedarse

entre estas

paredes negras

sin luz,

acompañado solamente

por sus Starlite y su Pilsen,

Yo no entendía por qué,

yo lo necesitaba,

pero ahora entiendo

que la soledad,

la ausencia

y la melancolía

a veces pesan más

que estar al lado

de las personas

a las que uno quiere,

hay veces

que es imposible

levantarse de la cama,

hay veces

que lo único

que uno necesita

es quedarse

tirado en cama

mirando

las figuras del humo,

viendo como el humo

se d e s h a  c    e

entre esas

paredes negras

y un tenue

rayo de luz

que entra

por un agujero

del techo

mientras de fondo

suena un tango,

"No te apures cara blanca",

tango que evoca

esa soledad

tan dulce y tan amarga,

pero al fin y al cabo

es lo único

que acompaña

siempre  a mi padre.

 

 

Cuando no soportó más

y decidió irse,

mi madre pintó

estas paredes de blanco,

así no recordaba

que en vez de padre

había un vampiro

viviendo con nosotras,

pero ya nunca más

volvimos a entrar

a este frío lugar

que tiene

aspecto de morgue,

solamente

cuando mi corazón

necesita recordar

esa nostalgia,

y habitar en ella,

vuelvo a estas paredes.

 

Me observo

desnuda,

y veo mi piel

como la suya,

llena de cicatrices,

de llanto y dolor,

piel

delgada y flácida

como la suya.

 

Entre más crezco

más le amo

y le entiendo,

no sé si las tristezas

se heredan,

pero sé

que se hereda

el sentir,

y es imposible

sentir menos

con este mundo

tan cruel.

 

Todos somos niños,

niños disfrazados

en cuerpos de adultos,

todos somos

niños llorando

por dentro,

es difícil ser tan sensible,

y estar sintiendo

SIEMPRE

que algo arde

muy adentro,

no sé si es la digna rabia

o simplemente la tristeza

de estar aquí

sin hallar una razón.

 

Abrazo mi soledad,

y abrazo

la suya,

y espero

que cuando él falte

en este mundo,

yo ya haya aprendido

que también

se puede vivir así,

con el corazón

atravesado

por un puñal,

con el alma ardiendo

y con la mente

  D

     E

        R

          R

        I

    T

  I

     É

        N

            D

                O

            S

       E

...

 

Es triste

existir hoy,

pero espero

que mañana

sea hermoso.